jueves, 12 de marzo de 2009

Nosotros


No estamos enamorados, y es una lástima: podríamos entonces permitirnos infinitas y dulces imprudencias. Escuchándote recordarla entendí que jamás atesorarás el olor de mis cabellos ni escribirás una oda al lunar en mi labio inferior. Está bien. Puedo vivir con eso.

Nos amamos y, aunque no es más sabroso, es infinitamente más complejo: a falta de mariposas hay que llenar la barriga de admiración y respeto por el Otro, a falta de suspiros se tiene la palabra necesaria, en tiempos de escasez de ilusiones se comparten realidades...

Te amo y no quiero cambiarlo. Te amo y no quiero cambiarte.


*No dejo de preguntarme cuánto pierdo por el miedo a tenerte.

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